En dado caso en el que un alumno sufra de un desorden significativo en los procesos cognitivos básicos y que estos afecten de manera tal sus actividades cotidianas, se le deberá prestar una atención educativa diferente. Esto se puede ver representado en la dificultad para escribir, leer, multiplicar, restar o sumar.
según las Instrucciones del 8 de Marzo 2017, de la Dirección General de Participación y Equidad, por las que se actualiza el protocolo de detección, identificación del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y organización de la respuesta educativa y Llanos (2006), las podemos clasificar en cuatro grupos:
Dificultades específicas en el aprendizaje de la lectura de la escritura o dislexia
Dificultades específicas en el aprendizaje de la escritura o disgrafía
Dificultades específicas en el aprendizaje de la escritura o disortografía
Dificultades específicas en el aprendizaje del cálculo o discalculia
González Castellano, N. (2017). Inteligencias múltiples y dificultades de aprendizaje MLS Educational Research, 1 (1),1938. DOI: 10.29314/mlser.v1i1.26
Los docentes son parte fundamental de estos procesos dado que se deben volver investigadores para poder identificar a un alumno con estas dificultades, de este modo podrá diseñar actividades en las que todos los estudiantes puedan tener éxito y motivación ofreciéndoles diferentes medios para entender lo que trabajan.
Estas diferencias retan al sistema educativo, ya que este supone que todo el mundo puede aprender las mismas materias del mismo modo y que basta con una medida uniforme y universal para poner a prueba el aprendizaje de los alumnos (Andrade, 2009).
Las instituciones y los docentes deben tener en cuenta todas las inteligencias estas enriquecerían la enseñanza y el aprendizaje ya que lograrían centrarse en las necesidades individuales de los alumnos generando así autonomía para realizar todo tipo de actividades, teniendo más presente los procesos de ayuda que tienen a su alcance.